martes, 14 de abril de 2015
cookies
Las cookies no son en principio perjudiciales. Las páginas web envían las cookies al usuario para disponer de ciertos datos que permitan identificarle. Para ahorrar tener que rellenar formularios, recordar contraseñas y nombres, repetir determinadas búsquedas, etc. también pueden revelar algunos de sus datos sin informarle de ello o bien saturar su navegador y reducir la duración en la batería en dispositivos portátiles. Para empezar, cerca de la mitad de las empresas no interponen el aviso al empezar la navegación por sus sitios, y menos son las que tienen el botón de aceptar. la mayoría de los servicios implantan cookies de terceras empresas, asociadas a ellos o que pagan por ello. Estas compañías están especializadas en el análisis de datos anónimos para elaborar perfiles publicitarios y utilizan las cookies para que les envíen información sobre los hábitos de navegación del usuario. Más allá de las dudas sobre la privacidad, la navegación continuada y expuesta a numerosas páginas que envían cookies supone ir cargando poco a poco el navegador de muchos pequeños programas que consumen algunos recursos del procesador. En consecuencia, y dado que las cookies son un mal menor que no siempre se podrá ni se querrá evitar, es conveniente cada cierto tiempo eliminarlas del navegador.
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